Como ya sabemos todas y todos, la alimentación más recomendable para nuestros hijos ha sido y es la leche materna.
En cuanto a este tema, el de amamantar a nuestros bebés hay muchas voces a favor pero también son muchos los detractores en contra de esta acción. Dentro de estos últimos los inconvenientes principales que ponen es que la mujer que amamanta a su hijo se convierte en una esclava del pecho y del bebé, o que no es buena la dependencia que se crea en el pequeño hacia su madre.
Personalmente yo nunca estuve ni de acuerdo ni en desacuerdo con dar el pecho. Mi premisa ha sido siempre que si se puede dar la teta sin complicaciones que afecte a la salud de la madre o a la salud del bebé adelante, si por el contrario amamantar a nuestro hijo, nos va a suponer algún tipo de problema, entonces descartar esa opción radicalmente.
El caso es que para todas aquellas personas tan críticas con el tema de amamantar al bebé yo les recomiendo que antes de blandir su bandera en contra de esta acción lo prueben.
Lo cierto es que además de los beneficios que le aporta la leche materna a los bebés, se crea un vínculo muy especial entre la madre y el hijo. Vínculo que por mucho que digan, no es comparable con dar el biberón.
No obstante, el fin de la lactancia materna siempre llega, más tarde o más temprano es algo inevitable. En este sentido el destete puede producirse por dos vías, iniciar el destete de forma dirigida o bien dejar que sea el pequeño quien decida y deje de mamar de forma natural. En ambos casos es primordial para evitar sufrimiento tanto de la madre como del niño, hacerlo de forma gradual y ofreciendo mucho amor y cariño durante todo el proceso.
En cualquiera de los casos como decíamos, debemos de llevar a cabo el destete de forma gradual, nunca de manera radical y sin control, debiendo de ser respetuoso, esto es, durante el destete debemos respetar en todo momento las necesidades del hijo.
Algo que funciona es ofrecer sustitutos al pecho, como agua o comida, e incrementar los momentos íntimos de atención y cariño con el niño para que no sienta que ha perdido el amor de su madre.
Un buen momento para iniciar el destete parcial es cuando incorporamos alimentos complementario en la dieta del bebé. Estos alimentos hay que ofrecerlos después de la toma del pecho y siempre con cuchara y sin forzar al pequeño.
En el caso de que se opte por el destete total y se quiera sustituir las tomas de pecho por leche artificial, los pediatras aconsejan la sustitución gradual de las tomas de pecho por las de biberón a lo largo de dos semanas. Pero hay que mantener el mayor tiempo posible, al menos, la toma de la mañana y la noche.
En todo caso volvemos a insistir, la lactancia materna debes de ser abandonada de forma gradual y no dejarse bajo ningún concepto influenciar por las presiones externas.
Recordad que la leche materna es el mejor alimento que una madre puede proporcionar a su hijo. Por ese motivo, desde la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Española de Pediatría (AEP) se recomienda la lactancia materna en exclusiva durante los seis primero mese de vida de nuestro bebé, y prolongarla, junto con la alimentación complementaria, al menos hasta los dos años.