“Mi hijo es muy tímido”, “el mío no para” o “es un trasto”, son algunas afirmaciones que muchos de nosotros estamos hartos de escuchar de bocas de las mamás y papás cuando hablan sobre el carácter de los bebés, incluso nosotros mismos las decimos cuando nos referimos a nuestros hijos.
En primer lugar indicaros que el carácter de nuestros hijos va a venir influido por varios factores. Cada pequeño va a nacer con una forma innata de ser, lo que también conocemos como temperamento. Esta forma de ser va a estar influida por los genes de sus progenitores así como por los antepasados de estos.
No obstante, a medida que los padres se relacionen con él, la forma en la que le tratemos, y el entorno en el que se mueva, influirán mucho en cómo será su carácter final. Esto es, el factor hereditario estará lógicamente presente en la vida de nuestro hijo pero nuestras directrices educativas tendrán la capacidad de neutralizar, atenuar o ampliar muchas de las conductas y formas de reaccionar, es decir, de podemos si no cambiara el carácter de nuestros hijos si educarlo.
Por todo ello, si queremos que nuestra influencia sobre el carácter de nuestro hijo sea de lo más beneficiosa, deberemos conocer previamente cual es el carácter innato de nuestro pequeño, lo cual nos ayudará también a comprender, educar y potenciar su comportamiento.
Un estudio llevado a cabo hace ya algunos años por un grupo de psicólogos de New York, revelaba que existen 9 aspectos del modo de ser que son innatos:
- El nivel de actividad (excitabilidad e irritabilidad)
- La regularidad de los ritmos biológicos (dormir, comer, hacer sus necesidades…)
- Las reacciones ante nuevas situaciones
- La adaptabilidad a los cambios
- La capacidad de respuesta (mayor o menor intensidad)
- La susceptibilidad a los estímulos (luz, ruidos…)
- El humor (alegre, sombrío…)
- La capacidad de distracción
- La persistencia en la consecución de un objetivo
Estos aspectos pueden combinarse de modo diferente, dando lugar a las siguientes categorías de temperamento:
- Fácil: Los bebés de esta categoría son alegres, poco exigentes y con buen humor. Establecen pronto una rutina y aceptan con entusiasmo situaciones o personas nuevas. Sus emociones así como reacciones son moderadas, sin se quejan, lo hacen de forma tranquila y se conforman rápidamente. Los niños que pertenecen a esta categoría dan muchas alegrías por su carácter afable, no obstante debemos tener en cuenta que de mayor les cueste defenderse.
- De adaptación lenta: El carácter de estos bebés es reservado y vergonzoso. Necesitan un ritmo fijo, y son reacios a los cambios, no obstante, si se les introduce de forma gradual los llegan a aceptar, aunque nos cueste un poco de trabajo. Antes de participar en cualquier situación nueva, necesitan observarla detenidamente. Cuando llegan a los 2 años de vida, estos niños suelen ser menos activos que otros de su edad, y continúan gustándoles las rutinas previsibles. A pesar de que a estos niños los cataloguemos como tímidos, esto no es totalmente verdad, ellos simplemente necesitan más tiempo para superar esa reserva. A partir de los 6 años la mitad de esos niños suelen superar esa reticencia.
- Combativo: De bebé es sensible, irritable y algo tozudo. Llora mucho, es irregular en sus necesidades y le cuesta establecer un ritmo. Se altera con los cambios, se asusta fácilmente con luces y ruidos fuertes y le molestan la ropa que pica o el calor. Sus emociones, tanto las positivas como las negativas son muy intensas. A pesara de que vayan creciendo, seguirán siendo extremos en sus raciones, tan pronto cogen una rabieta por nada como te inundan a besos. Debemos de tener en cuenta que no lo hacen queriendo y debemos enseñarles a controlar sus impulsos. De mayores estos niños suelen ser personas competentes, creativas y muy inteligentes.
- Activo: Estos pequeños son impacientes, curiosos, intensos. Corren más que caminan, suben, bajan…no paran (algunos suelen ser temerarios) y en la mayoría de los casos resultan agotadores. Tienen reacciones fuertes y en todo momento saben lo que quieren. A los dos años, son más torbellinos que el resto de niños de su edad. A pesar de ser tan inquietos se les puede llevar a cualquier evento siempre que se le dé la oportunidad de moverse. Un niño activo podrá manifestar una disposición fácil o combativa, no obstante, en cualquiera de los casos su característica principal va a ser la imperiosa necesidad de constante acción.
¿Cuál es el carácter de tu bebé?