Nada más nacer, nos invaden un sinfín de dudas sobre la salud de nuestros bebés, a todos los padres nos preocupa que nuestro pequeño retoño pueda sufrir algún tipo de problema, siendo por lo general lo que más nos inquieta temas como el cólico del lactante o los gases del pequeño, dejando de lado otro aspecto de lo más importante y que teniendo más a la vista, no le damos la relevancia que se merece, como son los ojos de nuestros bebés.
El sentido de la vista es quizás el que más varía a lo largo de la vida de nuestro hijo, ya que la evolución de la visión de nuestros bebés es especialmente lenta, así como delicada y de lo más curiosa. Por ello, no está demás que observemos con especial cuidado los ojos de nuestros recién nacidos, y no es cuestión de alertarse pero si de llevar un correcto control en casos como los siguientes:
- Hinchazón de párpados: Cuando nos dan a nuestro bebé recién nacido, podemos comprobar que suelen tener hinchados los párpados, especialmente el superior. No debemos alarmarnos ya que suele ser normal debido a la presión ejercida en su carita durante el parto, no obstante, si durante 3 – 4 días persiste esta inflamación, debemos acudir al médico para evitar y descartar afecciones más graves.
- Apertura de ojos asimétrica: Nuestro hijo es perfecto, al menos para nosotros, y por ello no nos gustará nada que ese familiar quisquilloso nos insinúe de manera poco sutil que nuestro recién nacido tiene “un ojo más grande que otro”. No os preocupéis, aunque vosotros también os hayáis dado cuenta, vuestro pequeño está bien, simplemente es consecuencia del hinchazón de los párpados anteriormente citado. Solamente, si una vez pasada la inflamación, el bebé continúa abriendo los ojos de manera asimétrica, es conveniente que consultéis con especialista, aunque simplemente sea para vuestra tranquilidad.
- Hiposfagma o hemorragia subconjuntival: En algunos casos, podemos observar manchitas rojas, pequeñas hemorragias, en los ojitos de nuestro pequeño, éstas son consecuencia de los cambios de presión sufridos por el bebé durante el parto y por lo general suelen desparecer durante las tres primeras semanas de vida de nuestro hijo.
- Hipersecreción lagrimal: Por lo general, los bebés durante sus primeros días de vida lloran sin lágrimas debido a que el conducto lagrimal no está totalmente abierto. Pero hay casos en los que los pequeños segregan muchas lágrimas, bien por un solo ojo, bien por los dos. Aunque no se trata de una afección grave es conveniente que tengamos cuidado ya que la misma puede derivar en infección. En este caso debéis acudir al pediatra quien, tras examinara al pequeño, nos dirá si necesita o no la aplicación de algún colirio o pomada o si el problema se solucionará sin tratamiento. En cualquiera de los casos es conveniente masajear el ojo del bebé unas tres veces al día, presionando sobre el lagrimal y con movimientos de arriba hacia abajo, repitiéndolos unas 10 veces. Indicaros que en el 80 % de los casos esto se soluciona sin complicaciones.
La primera revisión del pediatra descarta posibles problemas graves en la visión del bebe, pero insistimos que éste sentido es uno de los más variables y delicado, por ello debemos continuar observando su correcto desarrollo a lo largo de toda la etapa del niño.
Más información: Blog de Clínica Rahhal