En los comienzos de su niñez, los hijos quieren que todo sea para ellos y es allí donde los padres deben educar a los niños en los valores de la generosidad, es decir compartir con los demás y ser una persona noble con todos los que lo rodeen. Hay que tener en cuenta los siguientes aspectos para que el niño sea generoso:
Primero que nada, los padres son el primer ejemplo. No es suficiente con decirle al niño que debe compartir sus cosas con los demás, ellos necesitan ver acciones de sus padres en las que le hagan favores a los demás sin esperar nada a cambio, para que vean que en su casa los educan compartiendo.
Compartir pequeñas cosas. Se empieza siempre desde lo más pequeño, como puede ser el comprar una tarta y mostrarle al niño lo importante que es dividirla en varios trozos para los padres, sus hermanos y él. De este modo, todos van a poder disfrutar del delicioso sabor de la torta y compartir idénticas sensaciones.
Tiene que aprender a reconocer las cosas que son de todos como el sofá, la comida o la televisión. Tanto el niño como el resto de la familia tienen derecho a hacer uso de las mismas cosas.
Mediante los juegos se le pueden enseñar a un niño a ser generoso y además a que se divierta, lo cual hará que agarre el concepto mucho más rápido. Hay que demostrarle lo mucho más que se puede divertir compartiendo sus juguetes con sus amigos en la tarde.
Otra buena opción son los cuentos o moralejas que le enseñan la importancia de ser generoso con los demás en la vida.