Uno de los pasos que nuestro reloj biológico marca en nuestro cuerpo es la de tener familia, tener hijos, una descendencia a la cual inculcaremos todo nuestro saber, e inconscientemente también nuestros miedos e inquietudes.
Es importante estar preparado para ese momento, desde la feliz noticia hasta que lo puedas tener en tus manos, pasarán nueves meses de nervios, preparativos y un sinfín de conjeturas de cómo se podrá afrontar este reto.
Lo importante es que si somos primerizos, es contar con los consejos de personas adecuadas, cada niño es un mundo y lo que para una persona ha valido es muy posible que no valga para tu hijo y eso nos puede degenerar en situaciones de estrés y nervios.
Lo primordial es mantener la calma en todo momento, ya que es una persona que aún no tiene capacidad de razonar actúa siguiendo sus propios instintos naturales y no va a entrar en razón hasta que pueda desarrollar un poco más las capacidades de su cerebro, pero eso serán pasados los 3 – 4 años, hasta entonces es importante crearle rutinas, interactuar con ellos mediante juegos, canciones, y sobretodo no pensar que tenemos un pequeño Einstein y dejarle disfrutar de su niñez. No puedes ser demasiado exigente con él desde el principio o crearás ansiedad sobre ellos. No son aún personas con plenas capacidades y hay ser dialogante y paciente con ellos. También hay que tener en cuenta que no somos sus amigos, sino sus padres y cuando hay que aplicar disciplina, hay que hacerlo.
Con los niños hay que tener mucha paciencia, pero sabiendo inculcarle unos valores y una educación que será el valor que van a aportar al mundo y cuanto mejor sean, mejor le irá en su vida, en su desarrollo como persona, tanto laboral como personalmente.. Pero sobre todo disfrutar de ellos.